viernes, 3 de junio de 2011

PALABRA DE ESTHER

«Si trato de no pensarte
tal vez desnude esta ansiedad
que me mastica.
Si te evito,
si te evito en el pensar
quizás sobreviva este instante.»
(ESTHER PEÑAS)



Esther escribe para sí y sus palabras, lo quiera o no, son nuestras. Nuestras desde ese rigor cálido y solemne que siempre me hace pensar en un Cirlot gatunamente rubio y sumergido femeninamente en la vida (un Cirlot en apariencia muy poco Cirlot –o mejor, ahondando, un Cirlot en reserva, un Cirlot que no llegó a dejar el banquillo de las realidades paralelas donde todo es carne de deja vu, diversamente parejo-). Esther continúa, que no es poco. Y por eso es mi heroína (expriman esta última palabra en todos los sentidos que se les ocurra, porque en todos acertarán).


«A veces pienso en qué es lo que sana,
si el silencio o la palabra.
El silencio tiene nombre.
He aquí la respuesta.»
(ESTHER PEÑAS)

miércoles, 1 de junio de 2011

LA OBRA DE ARTE

“El arte es un intento de trasladar a una cantidad finita de materia modelada por el hombre una imagen de la belleza infinita de la totalidad del universo. Si la tentativa tiene éxito, esa porción de materia no debe ocultar el universo sino, por el contrario, revelar la realidad.

Las obras de arte que no son reflejos justos y puros de la belleza del mundo, aberturas practicadas directamente en ella, no son propiamente hablando bellas; no son de primer orden; sus autores podrán tener un gran talento, pero carecen de genio. Es el caso de muchas obras de arte que se cuentan entre las más célebres y reputadas. Todo artista verdadero ha tenido un contacto real, directo, inmediato, con la belleza del mundo, contacto que es semejante a un sacramento. Dios ha inspirado toda obra de arte de primer orden, aunque su tema sea mil veces profano; pero no ha sido el inspirador de ninguna de las otras. En lo que atañe a estas últimas, el esplendor de belleza que recubre algunas de ellas podría ser de carácter diabólico.”
(SIMONE WEIL)



Omaggio a Simone Weil: Venezia salva. A cura di Vittoria Surian from Server Donne on Vimeo.